Tequila Bar
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Es una picada para tomar cerveza. Fui un viernes a la noche y no tenÃan comida, sólo completos, churrascos y papas fritas. No tenÃan queso como para c…
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Es una buenÃsima picada de comida casera. Muy barato el menú, $3.000 por una entrada que podÃa ser un gran plato de ensaladas surtidas o un plato de s…
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El tequila es una de las joyas que quedan en Ñuñoa. Es un lugar especial por donde se lo mire. Ubicado en Irarrázaval, casi al llegar a Vicuña Mackenn…
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Tequila Bar is open for Bar. Tequila Bar serves Bar Food and Sandwich dishes. Incorrect or missing information? Make a report, or claim the restaurant if you own it!Details
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3 Reviews on “Tequila Bar”
Es una picada para tomar cerveza. Fui un viernes a la noche y no tenÃan comida, sólo completos, churrascos y papas fritas. No tenÃan queso como para comer mi favorito: un barros luco. El mozo es de los tÃpicos que nacieron con el lugar. No te entrega carta, te dice lo que tiene y prácticamente te induce a qué comer. La decoración es interesante, mezcla de cosas antiguas porque están hace mucho, con fotos, notas de diario. Un lugar pintoresco. Me hubiera gustado que tuviera mas variedad de comidas. Quizá al mediodÃa tengan menú. Les dejo una foto de la cuenta jaja.
Es una buenÃsima picada de comida casera. Muy barato el menú, $3.000 por una entrada que podÃa ser un gran plato de ensaladas surtidas o un plato de sopa de caldo de pollo casera. El fondo varÃa cada dÃa, tienen 2 opciones contundentes y un postre. Más pan y una bebida.
El tequila es una de las joyas que quedan en Ñuñoa. Es un lugar especial por donde se lo mire. Ubicado en Irarrázaval, casi al llegar a Vicuña Mackenna, este bar funciona desde hace más de 50 años. Uno de los trabajadores del local, en sus comienzos, logró comprarlo a su dueño y desde entonces fue atendido por él y su familia. Hoy lo atienden sus hijos, actuales dueños, y don Juan, que trabaja ahà desde hace más de 20 años. Jorge Teillier pasaba por el Tequila a almorzar y tomarse una caña de vino cuando estaba de paso por la comuna, asà como otros intelectuales, artistas y trabajadores por más de 5 décadas hasta la actualidad. Yo voy desde hace diez años al menos, por lo que ya me cuento entre sus parroquianos. Allà he conocido a gente que iba en su infancia a almorzar con sus padres, a gente que va desde que lo abrieron, y a gente, que como yo, fue una vez y lo adoptó como segundo hogar. El bar es un gran pasillo con un salón amplio al fondo. Con paredes de madera y adornado en cada rincón por cuadros, mensajes, objetos, antigüedades, maniquÃs. Uno entra y se ve a sà mismo entrando desde el fondo: un gran espejo antiguo frente a la puerta se abre como una ventana hacia ti mismo. En la hora de almuerzo el lugar se llena, la comida es barata, fresca y casera. Nada de papas falsas o tomates pasados. Todo comprado en la feria, cocinado por sus propios dueños. Ya en la tarde y hasta la noche es un lugar tranquilo, va poca gente, la mayorÃa parroquianos respetuosos y amables. Yo voy todas las semanas y paso horas tomando cerveza y escribiendo o leyendo. Aquà escribà dos libros completos, mejor que en mi casa o en una oficina o un Starbucks. No te molesta absolutamente nadie y están siempre atentos por si necesitas algo. Entro y salgo del lugar con absoluta tranquilidad, puedo dejar mis cosas en la mesa, salir a comprar cigarros o ir al metro (que está al frente) a sacar plata y al volver mis cosas permanecen intactas. Voy solo, en grupo, a trabajar o a relajarme. Incluso una vez organicé el lanzamiento de un libro en una pieza misteriosa y oscura que tienen al fondo, donde respira un piano añoso y objetos extraños. Hoy, al no contar con área de fumadores, el Tequila está amenazado de muerte. Este bar que debiera ser patrimonio nacional por su antigüedad y el hecho de ser un clásico de la comuna, puede sucumbir y ser comprado por un restaurant chino u otro de esos locales de comida rápida de los que estamos repletos. Cuando llegue ese dÃa me encadenaré a mi mesa de siempre y tendrán que sacarme a la fuerza para botarlo. Ojalá nunca llegue a eso. Los invito a salvar este lugar hermoso, una de las pocas joyas que nos quedan.